Después de ponerse pesados, te llama Javier Sánchez, con acento del Sahara (esto me hace mucha gracia) y te dice que si las inversiones y esto y lo otro, siempre son inversiones en mi caso. Cuando le digo que estoy harto, me dice: tranquilo mañana te llamo antes y te despierto. Antes te mareaban, ahora encima se rien de ti, mejoramos en todo.